miércoles, 13 de mayo de 2009

Crónica 37 - Indignada

Prólogo: Leo estas palabras unos días después de haberlas escrito y en algunos momentos parecen pedidos un poco superficiales. Pero luego recuerdo la bronca que me da que ocurran esos pequeños hechos y creo que por justicia a esa parte de mi ser tengo que publicarlas. Sin embargo, antes quiero decir que sé que hay temas muchos más importantes que tratar, porque no vivo en un termo. Sé que muchas de las personas que me cruzo cotidianamente tienen vidas mucho más complicadas y esforzadas que yo. Pero no considero que eso sea una justificación para que se empujen unos a otros cuando salen del tren, por ejemplo. Considero que una sociedad más justa y agradable necesita que la gente se respete entre sí, aun en los más pequeños actos cotidianos.

-----

Este es un tema recurrente para mí. ¿Por qué si yo hago todo lo posible por hacer de mi mundo cotidiano algo mejor, más del 50% de la gente que me cruzo por la calle no lo hace?

Son cosas sencillas, pero parecen ser complicadísimas para mucha gente que hace que mi vida sea un poco peor cada día.

Ejemplos (todos de viaje en transporte público):
1º- Tirar los papeles en el piso. ¿Qué necesidad hay? ¿Cuál es el motivo que le impide a una persona guardarse el papelito en el bolsillo o cartera y esperar a encontrar un tacho? ¿Por qué comiendo un alfajor al bajar del tren lo tiran en el piso del propio tren que después un montón de gente igual al que tiró el papel tiene que usar y aguantarse la mugre de otro? Yo, por ahora lo único que puedo hacer es decir: "¡¿Por qué en el piso?!" A lo que siempre responden con indiferencia como si no me hubieran escuchado y siguen su camino. No puedo explicar lo furiosa que me pone. ¿Alguien me puede qué sentido tiene?

2º -Escuchar a todo volumen los temas que se llevan en el celular. Otro hecho sin sentido que perturba mis "placenteros" viajes en el transporte público. Ya bastante ruido ambiente hay (no quiero sumar a los que venden cds truchos y ponen sus parlantes a todo lo que da porque seguramente no tienen otro modo de ganarse la vida) como para que venga un adolescente de cualquier tribu urbana a ponerme a todo lo que da su cumbias, reggaetones o lo que sea. Digo adolescentes porque es lo que más ocurre pero he tenido oportunidad de presenciar el insólito caso de ver a dos policías muy entretenidos en que todo el vagón escuchara su música. Es realmente un acto muy estúpido porque la mayoría de las veces esos adminículos vienen con unos auriculares que te permiten escuchar lo que te gusta y que el que está al lado pueda escuchar lo que a él le gusta, o charlar con el de al lado... qué sé yo. Pero yo no quiero escuchar la música que tiene otro en su celular. Me niego y me pone de mal humor.

3º - Cuando llegás a la estación deseada y los que quieren subir pretenden hacerlo a través de la gente que baja. ¿Por qué no esperar a que bajen los que tienen que bajar y después subir? Yo lo hago y nunca perdí un tren por hacerlo.

4º - El tren llega a destino con muchísima gente y los que están atrás me empiezan a empujar sin pensar en que adelante hay una masa de personas que no nos permitirá avanzar más rápido ni a él ni a mí que soy brutalmente empujada. Nadie ahorra tiempo y yo me gano algún que otro moretón y disgusto. ¿Acaso hay que tener fuerza de boxeador para salir ilesa de la estación de tren? Aquí sí que debería practicarse esa distinción de géneros que tantas veces se practica incorrectamente para decir que las mujeres somos menos inteligentes que los hombres. Eso sí que nadie se lo olvida, ahora: que el cuerpo de algunas mujeres puede ser más frágil en promedio que el de la mayoría de los hombres nadie lo tiene en cuenta en el tren.

Yo siempre digo que esa gente después no se puede ni quejar de los gobernantes. Se quejan de que hacen las cosas mal. ¡Ja! Ellos también las hacen en la medida en que les da su posición en esta sociedad. ¿O de dónde se piensan que salen los políticos sino de la misma sociedad? (En realidad es un ida y vuelta y producto de años y años de muchas carencias sociales, culturales, educativas... etcétera... Pero en este momento estoy enojada y no quiero pensar más...)

¿Indignada? Sí, claro.

8 comentarios:

Inconsciencia dijo...

Con mucha razón estás indignada al igual que muchos de los que debemos soportar viajar en el transporte público y, omo consecuencia de la ignorancia y falta derespeto por el projimo que detentan algunos, sobrevivir sin "chistar". Si! sin chistar! Porque llegás a decir algo o mirar a alguien mal y te clavan los ojos y demás artilugios que no es necesario nombrar.
Claro, quejarse es fácil. Pero tratar de mejorar tu espacio vital debe ser muy complicado y, ya que estamos, molestamos al otro. Total. "A mi qué me importa!".
Es así. Quizás nacimos en epocas diferentes. Quizás fuimos criados de formas diversas. Pero el respeto al otro, al lugar donde nos movemos debería ser "sagrado".
¿Hay que tratar al otro de la misma manera en que nos tratan? No creo. Por lo pronto, el respetuoso (esa es la palabra clave) sabe como manipular situaciones y, lamentablemente, habrá que bancarse a los inadaptados e incoherente de siempre.

Me extendí demasiado. Todo para qué, para decir que estoy de acuerdo con vos y que hiciste muy bien en establecer un espacio catártico para difuminar un poco la bronca que genera el ciudadano cotidianamente para con nosotros.

sonoio dijo...

yo creo que hay que armar una revolución silenciosa, cuyos actos terroristas se basen en la amabilidad, la confianza y la gratuidad
algunas cosas se logran, te lo aseguro

un gran beso

gavito dijo...

por favor, perdón y gracias, dice León Gieco; yo le agregaría permiso, y con eso, ya estamos listos para salir a vivir la vida ...

Celeste dijo...

Inconsciencia: qué gusto descubrir que tenemos tantos pensamientos en común, algo que ignoraba y que día a día descubro más. Concuerdo con vos en que si decís algo de lo que te molesta, encima te tenés que bancar las miradas asesinas de los demás. Gracias por compartir tu bronca, para hacer catarsis conjuntamente.

Sonoio: me encanta la idea de tu revolución. Lástima que tantas veces nos tilden de ilusos a los que lo intentamos (ojo! yo no lo creo, creo que, sin pecar de vanidosos, somos los más inteligentes pero sufrimos por eso)

Gavito: siempre tan preciso y conciso. Es verdad con esas cuatro palabritas como ejes de la vida cotidiana ya estaríamos hechos. (y yo sería mucho más feliz)

Solee dijo...

Estoy de acuerdo con vos en cada palabra, y veo que podes pasar por la sección de las cosas que nos irritan jaja tres son multitud te lo va a agradecer!!!

Pd: la de ir escuchando la musica con el altavoz hace rato que está en nuestra lista! xD

Queda gente buena, tratemos de recordar eso, quizá como un motivo para seguir!

Te quiero!!!!!
Solcis.

Celeste dijo...

Solee! gracias por tus palabras de apoyo a mi bronca!

voy a pasar por la sección de las cosas que me irritan. y voy a empezar por la que vos decís... seguramente podrán decir muchas cosas graciosas que descubran la verdad de la milanesa.

Recursos para tu blog - Ferip - dijo...

Es que la vida es "esto", Celes... y aprender a vivirla depende de nosotros, sin mirar tanto a los demás.
Besitos y fuerzas!

G. Martin dijo...

Celes! tanto tiempo... estaba peleado con las computadoras, pero no voy a extenderme con eso aca.
Ese problema de los trenes no lo tengo yo, porque soy uruguayo y vivo en Montevideo, aca no hay trenes. Aunque si hay ómnibus (colectivos), que siempre están llenos de gente que empuja y se rompe las costillas a codazos para conseguir el asiento que quedó libre.
Pero estoy exagerando, no es tan grave como la situación que describís de la estación. Será que el tamaño de la ciudad influye en el grado de incomunicación que existe entre las personas.
Si vas a una ciudad del interior en la que solo viven unos pocos miles de personas, "por favor, perdón, gracias, permiso" y un montón de palabras y actitudes amables son cosa de todos los días.
Si vas a Buenos Aires tenés que pelearte en la estación de trenes con los que te empujan desde atrás y los que van saliendo del tren.
Y si vas a Japón el que te empuja para que entres al tren y la puerta cierre es un empleado de la propia estación (ojo, usa guantes, es totalmente higiénico). Siempre se puede encontrar alguien que esté peor que uno, aunque no estaría bien consolarse con eso.
Saludos, estoy de nuevo "online" así que también vuelvo al blog.

Publicar un comentario