domingo, 10 de enero de 2010

Crónica 57 - Lectores emocionados

Muchas veces cuando leemos un libro nos quedamos maravillados por la genialidad del autor para decir tal o cual cosa. Por su manejo de la ironía, por su delicadeza para la crítica o por otros múltiples motivos imposibles de enumerar en su totalidad.

Muchas veces al quedar tan estupefactos queremos compartir la genialidad del autor con cualquiera que tengamos al lado.

Si ese supuesto amigo que tenemos ahí leyó al autor recientemente, engranará en nuestra emoción y terminaremos agradablemente hablando y exaltándonos mutuamente.

Si lo leyó hace algún tiempo, nos dirá algo que demuestre que sabe que es genial y que también se emocionó cuando lo descubrió, y no mucho más.

Ahora, si aquel al que nos dirigimos no ha descubierto aún las maravillas y bondades del autor o texto al que nos referimos, lo mejor será desisitir del intento de que se emocione como nosotros. Lo ideal sería recomendarle que lo lea y guardarnos toda la emoción para cuando lo descubra y se exalte tanto como nosotros.