miércoles, 19 de agosto de 2009

Crónica 48 - Escribir...

Primero ideas sueltas, frases que inspire el objeto del escrito...

Luego releer, suprimir lo que no va... Recuerdo a Cortázar que dijo que siempre que corregía eliminaba partes, nunca agregaba...

Luego entiendo: todo tiene un orden... Cada fragmento del texto tiene su lugar y encuentra su posición con respecto a los demás...

Alegría... Es un placer inigualable saber que cada frase tiene su espacio particular y que el rompecabezas de ideas está funcionando.

"¡Qué buena esta combinación de palabras! ¿Cómo se me habrá ocurrido?", pienso. La escritora peca un poco de egocéntrica.

Luego le doy vueltas a ese párrafo que no me cierra. No se entiende. A explicar. Pero queda demasiado explicativo... No es interesante de leer. ¡Desesperación! A buscar el primer borrador que seguro era mejor que esto y se puede partir nuevamente desde allí.

Luego encuentro el esquema: introducción, nudo y desenlace... Aunque no se trate de una historia...

Cuando las palabras fluyen una tras otra y las manos se deslizan escribiéndolas es como si se compusiera una maravillosa melodía... Aunque nunca haya tocado el piano debe sentirse algo similar...

La tranquilidad nuevamente. El texto es lo que esperaba...

Aunque siempre podría ser mejor. El autoestima baja un poco pero la satisfacción queda.

1 comentarios:

Sim dijo...

"Cuando las palabras fluyen una tras otra y las manos se deslizan escribiéndolas es como si se compusiera una maravillosa melodía... Aunque nunca haya tocado el piano debe sentirse algo similar..."

Es así, es mágico, y es la mejor manera en la que se define, hasta para sí mismo, los sentimientos que tenemos.

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