viernes, 25 de abril de 2008

Crónica 1

I
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II
Le sugerí a Charlie que haga un curso llamado: ¿Cómo ser dueño de un medio de comunicación con 0 pesos? Interesante. Pero no tengo tiempo para hacerlo. Por eso se lo recomendé a él... Quizás luego me pueda enseñar sobre las herramientas que todavía no sé utilizar.

III
Mientras espero el tren veo llegar a la estación dos adolescentes que vuelven del colegio. Las miro. Van vestidas a la moda. Seguramente pensarán qué mal que voy vestida. Miro sus pies. Tal vez no piensen eso de mí: llevan zapatillas parecidas a las mías. Un par no son sólo parecidas: son iguales. Negras con letras de colores. Sólo que las de ellas son más nuevas. Ellas también vieron las mías. Mientras se alejan veo como la dueña de la misma versíon de mis converse se mira los pies. Sí, se dio cuenta. ¿Habrá visto el futuro en mí? Los colores destiñen, por afuera el desgaste que da el uso. Pero siguen sirviendo a los fines de caminar por la vida.

IV
Bajo del tren. Entre la muchedumbre de gente veo una mochila de Depeche Mode. Qué lástima que Charlie no la consiguió. Está buena.

V
Intento viajar hacia la facultad. Salgo a un horario prudente que me permitirá llegar sólo 15 minutos tarde. Pero una hora después continuo en Ezeiza. Muchos colectivos no transportan pasajeros como yo porque llevan gente a un acto político. En mi ciudad nunca suceden cosas que convoquen tanta gente. El sistema de transporte público colapsa por la gran cantidad de calles cortadas. Mientras tanto escucho en los auriculares una canción que dice: "quiero viajar... quiero viajar..." Me río sola.

VI
Aviso a mi compañera que voy a llegar tarde. Me responde diciéndome que no vaya, que el profesor no da la clase. Qué suerte! Eludí la incómoda sensación de no llegar a horario.

VII
Me bajo del colectivo que me llevaba a mi frustrada clase. Voy a tomar el que me devuelve a mi hogar. Es notorio que hace mucho tiempo que no pasa. Hay mucha gente en la parada. Cuando llega me dispongo a subir en el turno que me toca. Una adolescente con guardapolvo blanco y aspecto rebelde recién llega y se dispone a subir antes que yo. Una chica de mi edad pero mucho más elegante hace lo mismo que la otra. Qué bronca!! Me molesta que la gente no respete las normas básicas de convivencia con los demás. La rubia elegante sube. La chica en edad escolar me dice: Subí. Ups! Qué prejuiciosa fui, pero su actitud de pararse delante mío me daba cuenta de que quería subir antes que los demás. Tal vez cambió de opinión al ver mi cara de disgusto cuando la otra subió en el turno que no le correspondía. No, dejá que suba la señora que estaba antes. Esa fue mi respuesta. La señora agradece y sube. Yo subo detrás. Me siento pensando en la rubia. Los valores se demuestran en las pequeñas cosas, las personas que hacen esas cosas después no tienen derecho a quejarse de los políticos corruptos, porque hacen lo mismo que ellos pero en menor escala. Veo pasar a la chica elegante para atrás. Se tuvo que parar para dar el asiento a una señora con un chico en brazos. Me alegro. No todo está perdido.

VIII
Caminamos por una avenida de Capital. Una señora habla por teléfono. Vemos pasar a un vampiro. Alguien dice que parece un travesti. A mi no me parece. Un gran salón abandonado nos apena. La cantidad de cosas que se podría hacer en un lugar tan lindo! Debemos volver. La señora continúa su charla. Llegamos al lugar que queríamos. Encontramos gente conocida. Escuchamos una banda nueva con mucha onda. Lo pasamos bien. Salimos y volvemos a la rutina.

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